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miércoles, 22 de junio de 2011

Demasiado es todavía poco.



Suspiros repentinos. Manos que se cruzan, divertidas, ligeras. Una caricia, un beso. Y otro beso. Feliz de estar allí. Coches que pasan veloces por la carretera. Faros que iluminan como un rayo y desaparecen. Ráfagas de luz que dibujan bocas abierta, deseos suspendidos, sufridos, alcanzados, cumplidos, ojos cerrados luego abiertos. Y más y más. Como entre las nubes. Cabellos alborotados. Bocas en busca de mordiscos y coches que continúan pasando, tan veloces que nadie tiene tiempo a reparar en aquel amor que sigue el ritmo de la música, procedente de la radio. Y dos corazones acelerados que no frenan, que están a punto de chocar dulcemente.

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